Limpiar y equilibrar los Chakras puede ser de gran ayuda en procesos de sanación para encontrar la salud y superar los obstáculos que se presentan, sin embargo para que el efecto sea duradero y nuestro sistema energético permanezca balanceado, debemos trabajar a un nivel físico, mental, emocional y espiritual.
Hay múltiples maneras de tener desequilibrados los chakras: pueden estar cerrados, demasiado abiertos con respecto a los demás, girando en sentido contrario, debilitados, con fugas etc. Para este efecto vamos a resumir el desequilibrio de los chakras en dos características: debilitado y sobrecargado.
Cuando un chakra está debilitado puede estar cerrado o funcionando débilmente. No hay suficiente energía fluyendo para nutrir las partes del cuerpo y aspectos de la vida que corresponden con ese centro. Parece haber carencia, una ausencia de algo, es un aspecto que no despega, nunca parece activarse del todo en nuestra vida. Puede producir frío, inactividad, estancamiento, depresión, pobreza, egoísmo, tumores etc., dependiendo de cuál de los chakras está afectado.
Por el contrario, cuando un chakra está sobre cargado puede estar muy abierto pero congestionado y funcionando erráticamente. Si este es el caso quiere decir que hay demasiada energía intentando fluir sin encortar los canales de drenaje. Esta característica puede dar la sensación de que en ese aspecto de nuestra vida sí está sucediendo algo pero e una forma torpe o desbalanceada.
Este estado puede producir alergias, inflamación, dolor, congestión, confusión, hiperactividad, insatisfacción, accidentes, rabia, etc., dependiendo de cual de los chakras esté afectado.
Hay diferentes formas de equilibrar los chakras: con gemas (colocando la gema sobre el chakra con la intención de limpiar y equilibrar), con el péndulo y con la intención.
Las prácticas para equilibrar los chakras te ayudarán a eliminar las obstrucciones a niveles subconsciente de tu sistema de energía. Tener los chakras bien equilibrados mejora tu salud y tu bienestar personal y material.